jueves, 7 de agosto de 2008

FORMULAS DE MUSICOTERAPIA CLÁSICA





Mozart, Beethoven, Haendel y Tchaikovsky, fueron compositores pertenecientes a escuelas de misterios. Por tanto sus obras fueron escritas con la intención específica de armonizar la frecuencia de los oyentes con la de sus obras. Conocían perfectamente el fenómeno de resonancia.

Muchos otros compositores, aún sin conocimiento específico del efecto de su trabajo, lograron obras magistrales, quizás inspirados por "las musas", o por vibraciones superiores recogidas en el cosmos.

Las obras que han mantenido su vigencia a través de los tiempos, tienen todas un común denominador, su capacidad de conmover fibras íntimas del ser humano. A veces es a través del corazón, otras veces se debe a la capacidad de sintonizar el cerebro en frecuencias sanadoras, a veces las piezas musicales van directo al cuerpo y lo transforman sin más explicación.

Debido a esto, la musicoterapia ha establecido un listado de obras clásicas con capacidad de cambiar los patrones de onda cerebral y afectar situaciones de estrés o de salud específicas.

Encontramos por ejemplo que para calmar la ansiedad podemos escuchar "Claro de Luna" de Beethoven, o el "Ave María" de Gounod, o las 4 estaciones de Vivaldi.
Si tenemos dolor de cabeza, nada mejor que escuchar "Sueño de Amor" de Liszt, o la "Serenata en Re menor de Scubert.
Si nos duele el estómago, es ideal colocar "El concierto para Oboe" de Vivaldi, o el "Concierto para Arpa" de Haendel.
Si estamos bajos de energía, la "Obertura de Guillermo Tell" de Rossini, nos subirá el tono.
Pero si se trata de bajar la presión arterial, se recomienda escuchar "Aire en Sol para cuerdas" de Bach.
Si estamos deprimidos, nos ayuda mucho la "Sinfonía # 8" de Dvorak, o "La música del agua" de Haendel, o los valses de Strauss.
Cuando se trata de insomnio, son fabulosos "Los nocturnos" de Chopin, el "Canon en Re" de Pachelebel, "Claro de luna" de Beethoven o las "Invenciones para piano" de Bach.
Para crear nuevas rutas neuronales y destruir virus y bacterias es mágico el efecto de la música de Mozart.
Entonces, en cualquier momento podemos recurrir a estas obras clásicas para transformarnos, y mejorar los estados de ánimo y de enfermedad, en estados totalmente positivos y sanadores.

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