




Entonces, podemos afirmar que el sonido "geometriza" la materia, es decir, tiene la capacidad de estructurar desde la molécula de hidrógeno hasta montañas y desiertos, pasando por los cuerpos de los seres vivos. La sinfonía constante del universo mantiene en constante formación el mundo tal como lo conocemos. Si esta sinfonía se detuviera por un solo instante, todas las formas y seres desaparacerían en ese mismo instante.
Platón habló de los 5 poliedros básicos como las formas sostén de todo cuanto existe. Estos son: hexaedro, tetraedro, octaedro, icosaedro, dodecaedro.
El famoso teorema de Pitágoras es el fundamento matemático de la consonancia musical.

La espiral fibonacci es una forma mágica dentro de la geometría, porque se encuentra en el patrón de crecimiento de los girasoles, de la coliflor, de las piñas de los árboles, de los caracoles y otros animales marinos, en la concha de los nautilos, en la doble espiral del ADN y en el oido interno del cuerpo humano. Esta espiral muestra la relación exacta de las diferentes partes de los insectos como por ejemplo la abeja y la mariposa.











La física cuantica actual ha descubierto que la tierra está envuelta en una "matriz" o rejilla geométrica, la cual es sostenida por campos vibracionales.
El campo energético humano, también llamado "aura", es una matriz geométrica que envuelve y protege el cuerpo físico.
Cada célula, neurona, órgano o sistema del cuerpo sigue un orden establecido por esta matriz. Entonces, la conclusión lógica es que podemos afectar, cambiar, reestructurar y hasta destruir cada uno de estos sistemas inteligentes que conforman nuestro cuerpo. Por esta razón, la Terapia de Sonido es una herramienta primordial en la medicina moderna.
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