martes, 15 de marzo de 2011

LOS INTERVALOS MUSICALES

La mùsica habla en forma elemental y directa al ser humano. Ella toca al hombre de mùltiples maneras, muchas de ellas totalmente desconocidas. El rìtmo mueve el agua dentro del cuerpo, es decir resuena en la sangre, en los riñones, en la vejiga, en la mèdula de los huesos y en el cerebro que es acuoso en un gran porcentaje. El sistema respiratorio y los latidos del corazòn son nuestros ritmos màs notorios.  La melodìa toca el pensamiento del hombre. La armonìa o combinaciòn de notas que se pulsan juntas en forma de acordes, afectan el sentir del hombre.

Por esta razòn el estudio de combinaciones de notas o acordes, se llama armonìa y determina el sentido de lo expresado a travès de la mùsica.

En los tiempos de la Lermuria, el hombre vivenciaba los intervalos musicales de 8a., 9a., y 10a., y esto producìa un sentir de alegrìa y/o tristeza objetivo. Era como el sentir desde el corazòn mismo de los dioses en su jùbilo o en sus lamentos. Es decir, el hombre se percibìa màs allà de un sì mismo individual como parte de un cosmos.

Los Atlantes, vivieron la experiencia musical del intervalo de sèptima, correspondiendo a un sentimiento de èxtasis espiritual. Ellos se percibìan màs como seres espirituales y por ello la experiencia de vivir dentro de un cuerpo fìsico era dolorosa, pues significaba alejarse de este mundo espiritual al que se sentìan màs ligados. Este intervalo mantiene la intuiciòn y la clarividencia.

El intervalo de sexta, corresponde aùn al hombre que vive en los planos espirituales y siente sus cuerpos sutiles con toda claridad.

Para el primer perìodo posatlante, apareciò el intervalo de quinta con su escala re, mi sol, la, si, que diò un sentimiento de alejamiento de sì, para entrar en la vivencia de comunidad. Aparece la imaginaciòn. Lo musical se vivencia a travès de la respiraciòn.

El intervalo de cuarta, acerca al hombre a sì mismo, permaneciendo en el lìmite entre lo exterior y lo interior.

El intervalo de tercera aparece desde la cuarta època posatlante y permanece hasta nuestra època actual. Este intervalo peremite sentir la mùsica ligada al cuerpo. El modo mayor da un sentimiento de alegrìa corporal, el modo menor arrastra una melancolìa emocional.

El intervalo de segunda aùn no se ha desarrollado en la humanidad. Da la experiencia de apertura del corazòn que el hombre necesita para trascender el estado actual de evoluciòn. Es reconocerse en amor como unidad con todo lo que existe.

El intervalo de primera, se desarrollarà en tiempos futuros lejanos, y consiste en percibir a travès de un sonido toda una escala completa.

A travès de la mùsica el hombre puede recuperar un estado de ser que perdiò en tiempos antiguos. Salimos de un Yo fìsico viviente que empieza en el intervalo de octava, cuando Dios y el hombre eran uno sòlo.

El niño hasta los 9 años, mora esencialmente en el ambiente del intervalo de quinta. A partir de los 9 años nace en èl el sentimiento de individualidad y se sumerge en la vivenciaq del intervalo de tercera. A partir de los 12 años, se puede trabajar el sentimiento de intervalo de octava, con la vivencia de Dios dentro de èl.